El Padre Mario
Hijo de una poderosa familia italiana, nació en la Toscana en 1915. A causa de la guerra, su familia se traslada a la provincia de Córdoba, Argentina en 1927. Hacia 1931 vuelve a Italia, y concurre al seminario de Arezzo, convirtiéndose en sacerdote en 1944.
Elige como destino Argentina y se radica en Buenos Aires. Fue capellán en el Hospital Ferroviario entre 1960 y 1969 y luego Vicario en la Iglesia del Pilar donde atendía a las familias llevándoles la Comunión a los fieles que no podían concurrir a la Iglesia. Comenzó a imponer las manos sobre los enfermos y estos se mejoraban, aún los desahuciados. Al poco tiempo una procesión aparecía cada mañana en la Iglesia en procura de sus curaciones. Esto provocó que debiera buscar una lugar reservado para atender. Lo hizo en diferentes lugares de la ciudad de Buenos Aires pero paralelamente y con la ayuda de la gente con la que se vinculó mientras estuvo en Recoleta, adquiere un terreno en González Catán, con el proyecto de construir una Capilla.
A causa de la difusión que tenían para aquel entonces algunas de sus curaciones milagrosas, fue perseguido por las autoridades eclesiásticas (en especial Caggiano, Carreras y Aramburu), por la policía que lo detuvo en 1976 pero por mediación de la mujer de Videla, que era paciente del Padre Mario, obtuvo su libertad y no volvió a ser molestado. Con respecto a los médicos, tenía sus detractores y sus admiradores. La cúpula de la Iglesia implementa ciertos mecanismos burocráticos para interferir las acciones del padre, negándole durante muchos años la incardinación o sea que no podía celebrar Misa.
Se recibió de psicólogo y esta última carrera lo facultó para recibir pacientes. Finalmente en el año 1976 se lo autoriza a celebrar Misa en su Capilla de Cristo Caminante ya finalizada en González Catán. Desde ese momento, y hasta su muerte, el Padre Mario utiliza su don de curar, imponiendo las manos o valiéndose de un pequeño péndulo. Atendía 700 persona por día. Entre sus pacientes se encuentran importantes personajes públicos (artistas, políticos, jueces, cónsules, empresarios) que dejaron su testimonio de sus curas milagrosas.
La Fundación José Mario Pantaleo tiene 5 ha. en González Catan donde se construyeron la Capilla, el policlínico para los vecinos, la guardería para chicos, una panadería y fabrica de pastas, un centro para discapacitados y otro de recreación para ancianos.
"El Padre de los Milagros", este italiano arrollador e intempestivo, que tenía un extraordinario don para diagnosticar con su péndulo, que podía curar o detener la enfermedad, murió el 19 de agosto de 1992, y junto a su féretro pasaron 15.000 personas. Hoy descansa en el Mausoleo construido especialmente en González Catán que es visitado por aquellos que creen que el poder del Padre Mario aún puede ayudarlos.
Extraido del cdrom "ALMAS MILAGROSAS, SANTOS POPULARES Y OTRAS DEVOCIONES" por María de Hoyos y Laura Migale, Edición NAyA
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Última modificación de esta página 17-10-2020.
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