Tupâ o Tupavé o Tenondeté es el dios supremo de los Guaranies, es la deidad que creó la luz, el universo. Su morada es Kuarahy, el sol, foco de luz, origen de nuestra Raza.
Celebra nupcias con Arasy (madre del cielo), la consagra madre del cielo y le fija por morada la luna (jasy). Es la deidad que creó la raza (es el origen de la raza guaraní según, también, una leyenda caribe).
En una remota mañana Tupâ y Arasy bajaron a la tierra. Instalados sobre una colina, de Areguá, de allí crearon los mares y ríos, los bosques, las estrellas y todos los seres del universo.
Allí Tupâ creó la primera pareja humana. Tomó un poco de arcilla, la mezcló con zumo de Ka'á-ruvichá (la yerba fabulosa), sangre de yvyja'ú (ave nocturna: Lurocalis semitorcuatus, Caprimúlgido), hojas de plantas sensitivas (entre ellas el jukeri: Mimosa sepiaria. M. asperate L. Leguminosas Mimosáceas) y un ambu'á (cientopié, Miriápodo), hizo una pasta remojando con agua de un manantial cercano. Tupâykuá (hoy Tupaikuá, lago Ypakaraí) y con ella dos estatuas, a su semajanza, y las expuso al sol para secarse, y quedaron dotadas de vida. Tupâ y Arasy pusieron a los recién creados frente a ellos, y dijo Arasy: Mujer, que de mi naciste a mi semejanza, te doy por nombre Sypavé (es la madre común de la raza americana): y al otro, que era varón, dijo Tupâ: te doy por nombre Rupavé (el padre común de la raza americana).
Tupâ les dió muchos consejos para vivir en amor, pacificamente procrear, y puso a disposición de ambos todos los seres y productos de la tierra para usar sin desperdicios. A Rupavé dejó especialmente el mbokajá (coctero: Acrocomia totai Mart. y Copernicia totai, Palmáceas), y Arasy dejó a Sypavé la fruta del arasá (guayaba: Psidium guayaba, Mirtácea). Les anunció que algún día llegarían a estas tierras los Karaieté, desde otros continentes, para marcar el destieno de éste.
Tupâ creó y dejó con ellos a Angatupyry, espíritu del bien, y a Taú, espíritu del mal, que les indicarían el camino a seguir en la vida.
Rupavé y Sypavé tuvieron tres hijos varones y muchas hijas: ellos fueron:
Tumé Arandú: gran sabio, el gran profeta guaraní, padre de la sabiduria, inspirado del cielo: es el Pa'i Sumé de las leyendas.
Marangatú: virtuoso, bondadoso (fue el padre de Keraná, la diosa del sueño e hija mimada.
Japeusá: cangrejo, que nació de pie, el hijo desobediente, que hacía las cosas al revés (ganó el desprecio de la familia por haber envenenado, por imprudencia, a su hermano Yrasêma; después de esto se suicidó ahogándose y su cuerpo se transformó en cangrejo, para marchar hacia atrás)
Entre las mujeres se distinguieron:
Porâsy: madre o diosa de la hermosura, y de gran fuerza física. (Se sacrificó para redimir a su pueblo de la dominación de los siete hermanos maléficos, hijos de Taú y Keraná).
Guarasyáva: gran nadadora: casóse con el atlante Karivé, apodado Paraguá (hombre del mar, maritimo)
Gonzalez Torres, Dionisio M. "Folklore del Paraguay" Asunción, Paraguay, 1995.
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